La Vida Real que Dios ha Dado al Cristiano

Demos vuelta ahora nuestra atención al paralelo que existe entre la vida cotidiana que los discípulos de Jesús experimentaron, y la vida que debemos nosotros de practicar hoy. Durante muchos años, yo pensé que para tener una relación de uno-a-uno y mantener una constante presencia y fraternidad individual con el Maestro era sólo una quimera. Pero, yo estaba totalmente equivocado acerca de esto porque Jesús estaba tratando de conseguir a través una primicia, a sus discípulos y también a nosotros, acerca de una ventaja expresada en Juan 16:7 "Yo les estoy diciendo nada más que la verdad cuando les digo que es provechoso (bueno, expediente, ventajoso) para ustedes de que yo me vaya. Porque si no me voy, el Consolador (Consejero, Ayudador, Abogado, Intercesor, Fortalecedor, Sustituto) no vendrá a vosotros [en íntima comunión con usted]." Más tarde, Él ilustró esta ventaja en la Última Cena cuando quebró el pan. Lo que Él está tratando de ilustrar a todos nosotros es que mientras Él estaba presente corporalmente en esta tierra, Él era sólo uno, como esa barra de pan en la mesa. Pero, una vez ese pan fue dividido en doce partes y al estar dentro de ellos, cada uno entonces, se podrían ahora aprovechar de a una relación personal e individual con Él, si así lo desea cada uno de nosotros. Obviamente, Judas Iscariote nunca había tenido ese anhelo, lo cual señala que esta aspiración sólo puede venir de un buen corazón. En ese acto, Él también simbolizó ese maravilloso proceso de multiplicación de Dios, donde los once discípulos se iban a convertir en veintidós y aquellos se convertirían entonces en cuarenta y cuatro y así sucesivamente para los siguientes dos milenios. 

El segundo elemento, el vino, que representa Su sangre, es para traer hasta la fecha el significado de los sacrificios de sangre que los judíos habían estado haciendo durante los últimos 1.500 años, los cuales señalaban la culminación a punto de ocurrir. Y porque eran judíos, era también para recordarles Levítico 17:11, "Porque la vida (el alma del animal) está en la sangre, y Yo se las he dado a ustedes sobre el altar para hacer expiación por sus almas, porque es la sangre la que hace expiación, debido a la vida [que representa]." Era Su propia vida que Él nos estaba ofreciendo para que podamos vivir la Suya de verdad, no un símbolo religioso para nosotros a meditar y luego regresar a la pocilga de cerdos y embrollarse un poco más del lodo del mundo. Este acto es a lo que se refiere en Santiago 1:22-24: "Pero sed hacedores de la Palabra [obedezcan el mensaje], y no meramente oyentes de ella, traicionándose a ti mismo [en la decepción por un razonamiento que es contraria a la Verdad] Porque si alguien sólo escucha la Palabra sin obedecerla o ser un hacedor de ella, es semejante a un el que se mira atentamente a su [propia] cara natural en un espejo, ya que él pensativamente se mira a sí mismo, y luego se va y se olvida rápidamente de cómo él era." Es por esto que Él nos dijo que nosotros lo hiciéramos para que podamos recordar el precio de nuestra redención, pero más importante aún, no estar engañados con un falso sentido de seguridad en las supercherías religiosas. Por el amor de Dios, si no por el suyo, reflexione, ¿Es alguno de estos datos viniendo cerca a, en modo alguno, en vivir Su vida por sólo el mero hecho de "creer"? 

Así que, ya podemos ver ahora que el propósito de Jesús en esta tierra era algo más de lo que hemos llegado hoy a comprender. La Palabra es clara que el Espíritu Santo tomó el lugar actual de Jesús, para que cada discípulo futuro experimentara el mismo ambiente que los apóstoles habían tenido. Él nos dijo que no nos dejaría huérfanos y que el ministerio del Espíritu Santo, trazado en Juan 16:8-14, es una imagen de espejo del propio ministerio de Jesús en esta tierra. La quebrada del pan en esa última noche era un símbolo para sus discípulos acerca de su migración de lo físico (el pan en la mesa) a la espiritual (el pan dentro de cada uno de ellos). Por lo tanto, Él ahora ya no es limitado, por nuestro espacio y tiempo constriñes, para ministrar a nosotros. Ahora Él ya puede tener una relación uno-a-uno con cada uno de Sus discípulos, no importa cuántos o a cuánto tiempo en el futuro. Asimismo, en efecto Él estaba simbolizando que a menos que Él esté adentro de usted a través de Su Espíritu, no eres parte de su cuerpo. Otra cosa que no podemos ignorar es el hecho de que Su vida fue vivida no sólo como la de nuestro pariente Redentor, sino como un ejemplo vivo para que nosotros fuéramos a imitarla después de que Él fue llevado a la diestra del Padre. Él es nuestro prototipo de cómo debemos vivir nuestras vidas cristianas, pero nunca yo vi esa realidad en aquellos primeros días de mi caminar, porque la actualidad de quién es Él y de Su presencia en mi vida de momento a momento, no era una parte integral de mi conocimiento. Mi realidad del día a día excluía esa relación íntima con Él a través de Su Espíritu y la Palabra. A mi juicio, ésta es la crisis indiscutible que está enfrentando el cuerpo de Cristo en el mundo de hoy en día. 

La Vida Real que Dios ha Dado al Cristiano busca ayudar aquellos que están experimentando esa sensación de roedura de que hay mucho más a la Palabra de Dios de lo que las iglesias de hoy están ofreciendo en esos sermones semanales.