EMIGRAR ES VIVIR

Llega un momento en la vida, en el cuál uno se detiene a reflexionar acerca de viajar a otros lugares, quizas encontrar mejores trabajos, y mejor futuro. La curiosidad de donde podría estar ese paraiso, donde todo podría ser mejor me llevó a fantasear de tiempo en tiempo, especialmente cuando la vida se tornaba mas dura en mi patria, hasta que en un momento determinado y como caida del cielo me sobrevino la idea con las consiguientes preguntas; Que tal si pruebo emigrar? Que podría pasar si hago el intento? Que tal si triunfo en el extranjero? Y especialmente cuando uno es joven y siente que es invencible con muchas ganas de triunfar. El ego se alimenta de triunfos y para ello hay que arriesgar, puede haber mucho que ganar, mucho que vivir, y si hay aventuras, bienvenidas sean. Yo fuí uno de los tantos tentados en esos pensamientos que llegaron luego a ser proyectos que al finalizar se materializaron en la aventura de emigrar. Como hijo de inmigrantes sentí el orgullo al hacerlo,y me di cuenta que ellos la pasaron mas duro en esos tiempos, sin la tecnología de hoy día, ni las comodidades que goza la sociedad moderna especialmente en los paises mas desarrollados, y la oportunidad de volver a sus patrias, quizas por el resto de sus vidas era muy difícil, ya que los precios de los pasajes en esos tiempos estaban fuera del alcance de sus presupuestos. Así que en determinado momento por el año 68, tomé la gran desición; agarré la maleta, saqué pasaje, y despues de muchos planes, tomé el avión que me llevaría al nuevo mundo de mi esperanza. Aquí detallo en este libro alguas de mis anécdotas que hoy recuerdo con alegría y cierta nostalgia a veces, pero muy contento de haber materializado esos sueños, por la cantidad de experiencias logradas al haber emigrado.